martes, 25 de octubre de 2016

Habitar más de un mundo

Viví aquella noche como se vive una noche definitiva.

Horas profundas,
suaves dolores.
Suspendido en tiempo y espacio.
Densa actividad mental, pero envuelto en un relajo:
la actividad licuó la violencia.

Viví esa noche como se vive una noche definitiva.
En todo momento tuve eso presente.
Siempre con la piel erizada, con la mirada al frente,
con los sentidos muy alerta.
Pensé en un cuerpo anónimo,
y en estar en los dos lugares del abrazo.

Hay un mandato que no huele a tal,
que es pura satisfacción y pura realidad en simultáneo:
crecer en lucidez.
Lo pienso, lo digo sin hablar,
sonrío nítidamente.
Soñar no es pensar deliberadamente.

Los sueños se basan en la realidad,
aunque cueste asimilarlo.
aunque la mirada, cabizbaja, devuelva
papeles quemados extinguiéndose y cenizas,
sin que nada vaya a pasar después.
La realidad, como la cadencia de un goteo
que erosiona las piedras.

Se trata de alfileres en la estructura,
una vez más lo compruebo.
Siempre desafiando los propios límites
en nombre del deseo
No, mejor: de la satisfacción. O de su ilusión.
Siempre en carrera, hasta estar en paz con la mente.
Habito dos mundos,
dos por lo menos.

Las infinitas posibilidades dan miedo…
¡Que todo tenga un sentido!
que no sea un capricho…
El relajamiento mental no parece estar a la vuelta de la esquina.

Todos tenemos un sueño, o más.
El mío, en este momento, es dormir.
No importa si con los ojos cerrados o abiertos.
Dejarse llevar,
no sentir ansiedad.

lunes, 11 de julio de 2016

Fronteras cotidianas

Creo que quise hablar
y no salió mi voz.
Como si la voz,
en lugar de llegar hasta el borde de la boca,
se hubiera quedado hundida en lo hondo de la garganta,
sin asomar.
Pateé al aire.
Taconeé como un caballo perdido.

Una penuria,
barro,
surco,
música épica.

Te asustás,
y mientras eso pasa, estás bajo el agua.
Solo por miedo actuás

“No puedo escapar.
Estoy atrapado en mí mismo”.
No querés abrir los ojos.
Dos veces te bañás,
hay mucho por lavar.
Maldecir hasta lo indecible.
Se vive mal.

“Me sobreestiman cuando voy a entrar en acción,
me subestiman cuando les digo la verdad”.
Desprecio por la especie…

Un ladrido de autoridad.
Lo que da el carácter…
A veces me rindo,
A veces no.

Siempre estamos buscando algo afuera.
Lo que no podés ver
igual está en algún lugar.
El deseo es una frontera cotidiana.

Escindir mi mente de mi cuerpo,
entre el sueño y la vigilia.
Que no importe tanto saber qué día es
Que la vida no sea semana tras semana

Fascinaciones,
Pasiones
que habitan dos mundos distintos,
ajenos entre sí.
Refugios de comodidad,
instantes de lucidez.

Nos vamos a levantar todas las veces que nos caigamos.

jueves, 26 de mayo de 2016

En algún lugar, fuera del tiempo

Mis palabras perdí,
por vivenciar con el cuerpo.
Más tarde las recuperé,
pero ya no era el mismo.

Mi torso cobró vida,
me digo,
aunque sonriente sospecho que ya la tenía.
Di pasos de antílope,
marché erguido, mi pecho lució desafiante.
Miré con ojos de halcón.

Mis pupilas crecieron
al ritmo de mis ideas,
y por un segundo de ellas
vos dejarías de bailar.

Si te contara lo que vi,
en el fondo me creerías.

Hombres y mujeres ardientes.
Eso somos.
Voladores,
planeamos, caemos elegantes,
y volvemos a flotar.
No es que no pensemos:
simplemente no dudamos.
Nuestros cuerpos ya saben qué hacer.
Al caer, sentimos el suelo
más enérgico y confiable,
más satisfactorio e inevitable.

El cielo sopla su frío nocturno
y nos refresca.
Le sonreímos con gratitud.

Al abrazarnos
inauguramos una nueva unidad,
pero no la podemos nombrar,
porque no es necesario.

Nada nos obsesiona,
Nada opera de manera enfermiza en nuestros nervios.
Lo que ocurre, lo hace probablemente por algún buen motivo.
Y lo que no, simplemente no ocupa nuestra agenda.
Tal vez sea el tiempo el único empecinado en seguir corriendo.

Pensar, reír, hablar y bailar:
ya no son los capítulos de una narrativa lúdica,
sino solo las manifestaciones de un juego sin interrupciones,
sin estrategia, sin reglas, sin plan.

Cuando la noche termine,
si es que lo hace,
hay algo que querría decirte.
No tengo claro qué es,
aunque ahora tampoco importa.
Forjemos una unidad,
lo demás puede esperar.

lunes, 14 de marzo de 2016

Diagonales

Una imagen hipotética
-solo hipotética-,
que se repite una y otra vez,
tanto como el golpe de un martillo,
como una sentencia implacable…
tanto que parece cierta e irrefutable.
Lo que escapa a la comprensión.
Nuestro orgullo se hunde, se esconde.

La superficie,
y lo que hay abajo.
Arena.
A veces no hay nada más
que lo que aparece en la superficie.
(Cuando la idea es más atractiva que el objeto de esa idea).

En transición. En el camino eterno hacia algo.
Tu figura es una excentricidad.
Subrayar el problema cuando aún no existe…
cuando no podés hacer todo lo que querés,
asegurate al menos de hacer algo.
Nadie reniega de su identidad.

Se enredaron los impulsos,
la neurosis los expulsó
en la forma de una caótica manifestación
sonora y visual.
Las palabras están a disposición.

Abro los ojos,
veo la estepa.
Un batir de alas.
Cierro los ojos,
zumban moscas,
la huida de un antilope
me sacude del sopor.
Es la sabana en su crudeza.
El río se está llevando todo,
como en un viaje.
Combatir el destierro, convivir con él.

Nunca vemos a ciertas personas del todo,
solo se nos representan sus perfiles.
Cuando llega el momento de sacarse el antifaz…
algunos tiemblan,
otros ríen.
Tirando diagonales,
el camino puede ser excéntrico
y satisfactorio.
Todo lo novedoso se queda en este viaje.

sábado, 9 de enero de 2016

Espacio infinito

La libertad se presenta esta vez
como un campo abierto, inmenso,
más grande que nuestra expectativa,
que nuestra mirada,
nuestra memoria,
nuestra capacidad de reflexión.

Atravesar los marcos de un cuadro
y salir al exterior. A flote,
nadando por el aire.

Hundidos en la selva
o a salvo de ella, muy cerca.
¿Importa? ¿Da lo mismo estar acá que allá?
¿Importa si no hay alma?
Como fantasmas en el paisaje.
Ellos no ven nada que no esté frente a sus ojos

Vamos al jardín,
vamos al bosque.
Sin palabras que filtren el aire.

Son leones, neones,
Familias chinas dibujadas.
Afuera, flores.
Arquitectura, gran palacio.
Abren, cierran fauces, agitan melenas.
El cielo tiene sus labios.

En el fondo, en algún lugar,
siempre está la conciencia.
Ahora que el piso no se mueve tanto,
ahora que todo parece estar en orden,
ahora es tiempo de soñar.
Creer en la dinámica de la vida.
Puertas y ventanas no cierran del todo.