Sos un fantasma.
Ay, fantasma, qué miedo tenés.
Qué miedo de vivir que tenés.
Te lo digo, te conozco,
pero mirá que se te nota,
ni hace falta conocerte
Un fantasma
es lo que sos
No das miedo a nadie
más que a vos mismo
Te mirás de refilón
por la sombra del espejo
Y tu sombra hace la suya,
ni te quiere seguir
por miedo a contagiarse
de tu miedo a las sombras
y a la vida
A veces ni pestañeás del miedo.
Otras, ni despertás.
Sos tan fantasma
que te creés valiente
por no temer a la muerte.
Cualquiera sabe que no temerle
es más fácil que olvidarse de ella
mientras se vive.
Sos menos persona
que fantasma,
lo percibo yo, que sé del tema,
y veo tu carne hundirse o hincharse,
amoratarse o perder cualquier color posible.
Sos tan fantasma
que te convenciste
de que no existías.
Y de que esperando a la muerte
te iba a venir a visitar.
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