jueves, 25 de febrero de 2021

Conjuro

Sé que a veces actúo por obra de la mecánica,
la de mis huesos como biopartes programadas,
sin una intermediación burocrática con mi cerebro,
nada que entorpece.
 
Pero después me doy pausa
(no está nada mal eso eh)
y me pregunto si quizás el robot
que soy a veces
no actúa en realidad como por obra de un conjuro,
todo construido a fuerza de rituales propios.
 
¿Pero para qué tanto ritual?
El problema es preguntarlo cuando ya la maquinaria está en marcha.
Quizás es que la leyenda o el mito de un conjuro promete exorcizar.
¿Exorcizar qué? Tal vez, miedos.
 
Hay quienes dicen que un conjuro
es tal cuando ya surtió su efecto, el buscado.
Entonces al pensar eso, desarmo su mitología,
respiro más hondo y siento
que se me acolchonan y esponjan los huesos
y los músculos.
 
El ritual ahora solo sirve e importa como idea,
casi que me gusta, pero veo desplomar su precio,
su importancia, su grandeza.
Ya más tranquilo, decido seguir con lo mío.