viernes, 22 de marzo de 2013

Había una casa


La bicicleta está rota,
vejada.
El garage está sucio,
polvoriento.
El jardín tiene el pasto alto.

Me tiro al pasto, amarillo,
y huelo su olor a recuerdo sombrío.
Y me asusta la idea de que
arda un fuego en el pasto seco
y tenga que correr a una canilla
de la que agua ya casi no sale.

El jardín es de una casa solitaria,
olvidada entre altos muros, en una ciudad
que nos va corriendo la frontera.

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