martes, 5 de noviembre de 2013

Como en un túnel de luces y sombras

Péndulo hipnótico que prepara escenario de acción
climáticamente extraña, que recuerda a un sueño
y estimula sentidos e ideas.
Un vaso de un licor ahí cerca.

Un trago cualquiera, una noche calma
al compás de una pluma y en penumbra.
Pero hay un llamado que revienta la serenidad,
cuando se supone que tendría que encender deseos.

Una explosión sísmica en el oscuro corazón de un valle.
¿Quién escuchará?

Caen los melones de almacenes, de alacenas, de cajones, sin algodones que atajen tanto vértigo.

¿Será la crónica de un desmoronamiento?

Casi cerrada una gran ventana, se abre una nueva dentro del marco de la primera, en un rincón.

Si se extingue un puente invisible,
se vuelve a empezar.
Y se buscan en la memoria los trazos de aquel principio.

Siempre en las puertas,
en la penumbra de un borde esperado,
como por dar un salto.

Las palabras derraman por mis dedos
sus sentidos,
sus repercusiones,
hacen temblar
mi tolerancia,
mi fortaleza,
mis convicciones.

Qué veredas, qué pasos,
qué vientos, qué aires.

Van a contar tu carne,
van a pesar tus huesos.
Y sino, te dejarán en soledad.
Solo eso, nada menos.

El territorio de los problemas.

Zapatillas quebradas
quiebran la tierra.
La revuelven
de vivencias
la envuelven.

Cuando peca de inocencia el que peca de maldad,
y viceversa.

La ternura programada es un grotesco.

Armando este rompecabezas...
lo que debe hacerse
incluye lo que no.

Aves que vuelan alto.
Aves que aprenden a volar.
Vuelan alto.


Hay una zona en la que la gloria no tiene competidor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario