martes, 27 de enero de 2015

En un desierto personal

Quién lo ha conducido a llevar esa vida tan abismada,
quién lo contempla, lo permite y lo consiente...
Cómo es que deja aún miradas posarse sobre su sombra,
cómo las voces se amontonan alrededor,
y sus ecos son tambor,
la garganta castigada, la mirada en sombras, cerrada,
el dolor en la sien, la lluvia que solo él parece ver,
la ventana nublada, y la noche tan larga.

Posibilidades infinitas,
un terror que acecha.

En los sentidos, distorsión.
La música,
de fondo,
como si se suspendiera el tiempo.

Su negocio es intimidar,.
No conocen la virtud del silencio.
Si tan solo pudiéramos eliminar los egos,
borrarlos de un golpe,
uno solo”.
La voracidad y el éxito...
hasta que baja la espuma.
Es la muerte la que nos condena

con pesadez.

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