Creo
que quise hablar
y no
salió mi voz.
Como
si la voz,
en
lugar de llegar hasta el borde de la boca,
se
hubiera quedado hundida en lo hondo de la garganta,
sin
asomar.
Pateé
al aire.
Taconeé
como un caballo perdido.
Una
penuria,
barro,
surco,
música
épica.
Te
asustás,
y mientras eso pasa, estás bajo el agua.
Solo
por miedo actuás…
“No
puedo escapar.
Estoy
atrapado en mí mismo”.
No
querés abrir los ojos.
Dos
veces te bañás,
hay
mucho por lavar.
Maldecir
hasta lo indecible.
Se vive mal.
“Me sobreestiman cuando voy a entrar en
acción,
me subestiman cuando les digo la verdad”.
Desprecio
por la especie…
Un
ladrido de autoridad.
Lo
que da el carácter…
A
veces me rindo,
A
veces no.
Siempre
estamos buscando algo afuera.
Lo que no podés ver
igual
está en algún lugar.
El deseo es una frontera
cotidiana.
Escindir
mi mente de mi cuerpo,
entre
el sueño y la vigilia.
Que
no importe tanto saber qué día es
Que
la vida no sea semana tras semana
Fascinaciones,
Pasiones
que
habitan dos mundos distintos,
ajenos
entre sí.
Refugios
de comodidad,
instantes
de lucidez.
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